miércoles, 14 de octubre de 2015

Dinero, por Raymond Carver

Para ser capaz de vivir
del lado correcto de la ley.
Para siempre usar su propio nombre
y número de teléfono. Para pagar la fianza
de una amiga sin importarle
un comino si la amiga se va de la ciudad.
Esperando, de hecho, que lo haga.
Para darle parte de él
a su madre. Y a sus hijos
y a la madre de sus hijos.
No para ahorrar. Él quiere
gastarlo antes de que se acabe.
Comprar ropa con él.
Pagar la renta y los servicios.
Comprar comida, y algo más.
Salir a comer cuando le den ganas.
¡Y está bien
pedir cualquier cosa de la carta!
Comprar drogas si así lo quiere.
Comprar un carro. Si se daña
repararlo. O si no
comprar otro. ¿Ves ese
bote? El podría comprar uno
justo como ese. Y navegarlo
por el Horn, buscando compañía.
Él conoce una chica en Porto Alegre
a quien le gustaría mucho,
que enloquecería al verlo
en su propio bote, las velas desplegadas,
voltear hacia el muelle por ella.
Un tipo que podría darse el lujo
de recorrer todo ese camino
para verla. Simplemente porque
le gusta el sonido
de su risa,
y la manera en que agita su pelo.





Luto, por Raymond Carver

Me levanté temprano esta mañana y desde mi cama
miré a lo lejos a través del estrecho para ver
un pequeño bote moviendose en el agua agitada,
una única luz en movimiento. Recordé
a mi amigo que solía gritar
el nombre de su esposa muerta desde las cimas de las colinas,
alrededor de Perugia. Quien ponía un plato
para ella a su simple mesa mucho después
de que ella se fuera. Y abría las ventanas
para que ella tuviera aire fresco. Tal despliegue
yo encontraba vergonzoso. Y así mismo sus otros
amigos. No podía comprenderlo.
No hasta esta mañana.

Para Tess, por Raymond Carver

Afuera en el estrecho el agua está espumosa
como dicen aquí. Es violento, y me alegra
no estar ahí. Me alegra que pesqué todo el día
en el arroyo Morse, lanzando una carnada roja atrás
y adelante. No pesqué nada. Ni mordieron
siquiera, ni una vez. Pero estuvo bien. ¡Estuvo muy bien!
Llevé el cuchillo de bolsillo de tu papá y fui seguido
un rato por un perro cuyo dueño llamaba "Dixie".
A ratos me sentí tan feliz que dejé
de pescar. Una vez me eché sobre el banco con mis ojos cerrados,
escuchando el sonido que hacía el agua,
y al viento en la copa de los árboles. El mismo viento
que sopla afuera en el estrecho, pero un viento diferente, también.
Por un momento incluso me permití imaginar que había muerto--
y eso estuvo bien, al menos por un par
de minutos, hasta que realmente se profundizó: muerto.
Mientras yacía ahí con mis ojos cerrados,
justo después de haber imaginado cómo sería
si de hecho no me levantara nunca más, pensé en ti.
Abrí mis ojos entonces y me levanté
y volví a estar feliz de nuevo.
Te estoy agradecido, ya ves. Quería decirtelo.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Not even a sweet night, by Raúl Gómez Jattin

That love of fever and torment That keeping
track of the moon between the coconut palms In case she
brought me presages of your body But in vane
But I was too sick to bear
the intimacy of your caress You wouldn't have known
in me but the tremble of a poet and its death
That fear of looking at each other's eyes was not vane
You were coated with another world You were far away
Specially when I loved you When I was
of you like a cloud in its reflection in the water
Inside but far away Inside in the guts
of a made up and fleeting reality
It was entirely beautiful because I never touched
your body although you wanted and I did too
But before my desire there was my future
You were before my desire of you
before desire there was love
Before love there was life and evil
That love that didn't have a night
Not even a sweet night my love.

Almost obscene, by Raúl Gomez Jattin

If you wanted to hear what I say to myself on the pillow
the blush on your face would be the reward
They are words as intimate as my own flesh
that suffers from the pain of your relentless memory
Do I tell you, yes? Won't you take revenge one day? I say to myself:
I would slowly kiss that mouth until turning it red
And in your sex the miracle of a hand going down
in the most unexpected moment and like by chance
touches it with that fervor that inspires what is sacred
I am not evil I am trying to make you fall in love
I am trying to be sincere even being this sick
and enter the curse of your body
like a river that fears the sea,
but always dies in it.

martes, 29 de septiembre de 2015

Raúl Gómez Jattin

Colombia has a long tradition of lawyers who, at some point, do poetry, or become known mostly as poets. Raúl Gómez Jattin is one of them, but not like any other. Other lawyers might turn into poets out of a skillful tongue, out of the habit of lying or pretending. If they say pain, pain could be a show off, or something they're trying to affect. But Raúl's story is fatal enough to read his simple red poetry as written with blood.

After eight years of Law School in Bogotá, he went back to his hometown and, due to his mental ilness, finally became a beggar. He was constantly sick, and he spent months on end in mental health institutions before coming out to see himself on the streets once again. He meanwhile wrote poetry. He constantly wrote about sickness, poverty, insanity and love. He moved out to Cartagena, and there he became well known for being the homeless person who spoke like an angel. He would be invited to cultural gather ups and surprise guests with his well mannered Spanish, and thus his books became popular among some circles. But he never stopped living on parks and streets.

He died as a result of being hit by a bus, and it was never established whether it was accident or suicide.

No more can be said about his life that he himself did not say better.

The God that worships, by Raúl Gomez Jattin

I'm a God in my town and my valley
not because I'm worshiped but because I do
because I bow upon that who gives me
some granadillas or a smile from his domain.
Or because I go visit its high inhabitants
to beg for a coin or a shirt and they give it to me
Because I watch the sky with hawk eyes
and name it in my verses
Because I am alone
Because I slept seven months in a rocking chair
and five in a city's sidewalk
Because a look at wealthiness obliquely
but not with hate
Because I love those who love

Because I know how to cultivate orange trees and vegetables even in midsummer

Because I have a mate
to whom I bapticed all his children and his marriage
Because I am not good in a known way
Because as a lawyer I did not defend capital
Because I love birds and rain
and my naked exposure to them that washes my soul
Because I was born in May
Because I know how to punch the brother thief
Because my mother abandoned me
precisely when I needed her the most
Because when I'm sick
I attend to the charity hospital
Because I respect mostly only that who does it with me
that who works every day for a bread that's bitter and lonely and disputed
like these verses of mine that I steal from death.

lunes, 28 de septiembre de 2015

The possesed, by José Manuel Arango


Sometimes, 
I feel in my hands
the hands of my father
and my voice is
his voice
a dark terror
touches me
maybe at night
I dream his dreams
and the cold fury
and the memory of unseen places
are him repeating himself
I'm him, coming back
Still  face of my father
under the skin over the bones of my face.

martes, 1 de septiembre de 2015

Considerémos, por Roger Edson

Consideremos al granjero que hace de su sombrero de paja su pareja; o a la anciana que hace de una lámpara de pie su hijo; o a la joven mujer que se ha dado a la tarea de arrancar su sombra de una pared...
Consideremos a la anciana que vistió lenguas de vacas ahumadas por zapatos y caminó por un prado reuniendo boñiga en su delantal; o a un espejo oscurecido por el tiempo que fue entregado a un hombre ciego que gastaba sus noches viendo en su interior, lo cual entristecía a su madre, que su hijo pudiera estar tan perdido en la vanidad...

Consideremos al hombre que fritó rosas para su cena, cuya cocina olía como un jardín de rosas encendido; o al hombre que se disfrazó de polilla y se comió su abrigo, y de postre se sirvió un sombrero refrigerado... 

sábado, 8 de agosto de 2015

A la brisa del ocaso, por Walt Whitman


Ah, susurrante, algo de nuevo, invisible, 
Donde al final de este día bochornoso entras por mi ventana, puerta, 
Tú, lo bañas, lo templas todo, lo refrescas, das una tenue vitalidad, 
A mí, viejo, solitario, enfermo, debilitado, deshecho- agotado por el sudor, 
Tú, rejuvenecida, me estrechas firmememente pero con ternura, 
Mejor compañera que la conversación, que los libros, que el arte, 
(Tú, que posees, ¡Oh, la naturaleza! ¡Elementos! que enuncian a mi corazón más allá del descanso - y éste proviene de ellos) 
Es tan dulce tu primitivo sabor respirar en mi interior, 
Tus dedos consoladores en mi rostro y en mis manos, 
Tú, mensajera, traes algo extraño, mágico a mi cuerpo y a mi espíritu, 
(Las distancias son vencidas- ocultas medicinas me penetran de los pies a la cabeza) 
Siento el firmamento, las vastas praderas. 
Siento los grandes lagos del Norte, 
Siento el océano y el bosque, de alguna manera siento el globo mismo, 
Deslizándose veloz en el espacio; 
Tú, soplas a través de labios tan amados, ya desaparecidos, quizá desde la abundancia infinita enviada por Dios. 
(Porque eres espiritual, divina, la mayoría de todo aquello conocido a mis sentidos) 
Emisario que pronuncias para mi, aquí y ahora, lo que ninguna palabra ha dicho ni puede decir. 
¿No eres tú la destilación concreta de lo Universal? 
¿El último refinamiento de toda la Astronomía, de la Ley? 
¿No tienes un alma? ¿No puedo conocerte, identificarte? 

Walt Whitman

martes, 16 de junio de 2015

Les amours impossibles--(Fragments)

1. Parmi l'amour impossible et la présence de la mort
la journée passe.
Est-ce que le coeur explose ou s'arrête?
L'arôme de la clinique m'apporte les questions:
Vais-je me liquiéfier jusqu'au fond? M'attacherai à la vie
ou je laisserai tranquille que le fin arrive?
L'amour absolu est l'amour impossible,
cet amour heureux dont je t'invoque obsessive
et même tu ne te souviens pas de moi.
 L'amour impossible est la manière dont la mort
prend le relais de moi le matin.

2. Un amour impossible est le plus heureux des amours.
Ou peut-être.
C'est assez que tu croies qu'un amour impossible est possible,
et ceci fera la joie de l'amour impossible.
Peut-être que tu sois l'amour impossible de ton amour impossible.
Mais ceci est un miracle.

7. Tous les amours impossibles sont éternels,
le temps ne les touche pas
Et il n'existe pas la trahison entre les amour impossibles.
J'aime avec toute l'intensité, j'aime sans limite
chacun de mes amours impossibles.
Parfois l'ârome du café dérange l'ordre des années
et j'ârrete au matin
d'une lueur que m'allume
ou subitement la voix de Janis Joplin
m'énfile dans une nuit citrique,
du fil,
la nuit du sortilège,
peut-être une façon précise du vent d'entrer dans les bois
et la danse du corps,
la danse éternelle d'un corps eternel,
parmi l'éternelle danse de la brise.
Les éternels amours impossibles
ne se touchent pas, ne se croisent pas, ils ne peuvent pas voir l'autre.
Il n'existe pas la jalousie entre les amours impossibles
Ils sont parfaits, les amours impossibles.

15. La vie est fait des amours impossibles,
des illusions trouvées qui aident à soigner
les illusions perdues.
À l'hôtel d'une ville inconnue
une arôme te sauve,
amour impossible d'autre hôtel lointain
qui m'accompagne ici et maintenant,
amour impossible qui est devenu parfum.

16. Je m'ai perdu lentement en cahotant
sans direction et contre les murs,
je m'anéantis par caprice d'un mauvais amour possible.
Je souffrais. Je descendais aux enfers, à divers infers,
je portais les masques les plus dégradantes, je rampais.
Je souffrais.
Ils venaient à me sauver, les amours impossibles,
des amours sans astuce et sans blessures,
des amours curatifs qui n'existent pas.



-Darío Jaramillo







domingo, 10 de mayo de 2015

Ne te sauves pas, par Mario Benedetti

Ne restes pas immobile
au bord du chemin
Ne gèles pas la joie
N'aimes pas avec de la réticence
Ne te sauves pas maintenant
Ni jamais
Ne te sauves pas
Ne te remplis pas de calme
Ne gardes pas du monde
seulement un coin tranquille
Ne laisses pas tomber les paupières
lourdes comme jugements
Ne laisses pas épuiser tes lèvres
Ne dors pas sans fatigue
Ne te penses pas sans sang
Ne te juges pas sans temps.

Mais si, malgré tout, tu ne peux pas t'en empêcher
et tu gèles la joie
et tu aimes sans envie
et tu te sauves maintenant
et te remplis de calme
et tu gardes du monde
seulement un coin tranquille
et tu laisses tes paupières tomber
lourdes comme jugements
et tes lèvres se sèchent
et tu te penses sans sang
et te juges sans temps
et tu restes immobile
au bord du chemin
et te sauves
alors
ne restes pas avec moi.



sábado, 11 de abril de 2015

A love, by Pablo Neruda

Because of you the smell of spring's aromes next to blossom gardens hurts me.

I have forgotten your face, I don't remember your hands, how did your lips kiss?

It is because of you I love the white statues that sleep in parks, the white voiceless, sightless statues.

I've forgotten your voice, your joyful voice, I've forgotten your eyes.

Like a flower to its perfume, I am bonded to your vague memory. I'm close to pain as it is a wound, if you touch me you'll incurably harm me.

Your caress wraps me as bindweed does to dark walls.

I have forgotten your love and yet I sense your presence behind all windows.

Because of you the heavy scents of summer hurt me: it's for you that I lurk in search of signs that precipitate desires, in search of passing stars, of falling objects.